Siempre seré absurda, siempre contradictoria: la hija divertida pero problemática de mis viejos, la hermana canchera, la novia obsesiva, la paqueta superficial, la amiga incondicional, la amante traidora, la virgen santísima, la puta reventada, la flaca anorexica, la gorda obesa. Juego con mis papeles. Juego a sentirme útil escribiendo, y a sentirme inútil cuando me releo.